La delegación de Alicante, con el buen hacer de su delegado, ha organizado una ruta por el interior de la provincia.
El punto de encuentro, que en estas horas presentaba una temperatura tímidamente arisca, se sitúa a las faldas de una de las sierras más emblemáticas de Alicante, el Maigmó. Esta sierra con sus 1.296 metros de altitud es una de las integrantes del sistema formado por las sierras del Sit, la Argüenya, Castalla, del Frare y la del Caballo.
Desde el “Balcón de Alicante”, situado en las crestas de esta sierra del Maigmó, debido a su pronunciado desnivel desde la cercana costa, nos proporciona una de las mejores vistas de L’Alacanti.
Parte de esta sierra, se encuentra en el término municipal de Tibi, pequeña villa cercana al punto de partida, en la que se encuentra el pantano más antiguo de Europa en activo, pues se data la finalización de las obras entre 1590 y 1595. De este pantano, alimentado por los irregulares ríos Montnegre y Riuvert, se nutre la Huerta de Alicante.
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Pues bien, dejando atrás la localidad de Tibi, por la CV-798, llegamos a la Villa juguetera de Ibi, La Villa de los dos castillos, con un entramado industrial forjado a caballo entre la fabricación del juguete, inyección de plástico, moldes y toda la industria auxiliar de estos últimos. Cabe destacar que el preámbulo de toda esta industria nace de la inquietud de sus gentes, dedicada en origen al cultivo de secano y la elaboración y expansión del helado, ¿Cuantos de vosotros no conocéis una heladería La Ibense en alguna población cercana a la vuestra o incluso en ella?
Salimos de Ibi por la CV-801 accedemos por el puerto de “Les Revoltes d’Ibi” en busca del cruce con la CV-795 que en apenas doscientos metros nos sitúa en el acceso al área del Santuario de la Font Rotja por una pista asfaltada en bastante buen estado, entre cultivos de secano, fincas particulares y vegetación propia de este paraje protegido. Es aconsejable solicitar permiso, pues el acceso está limitado, con el fin de evitar aglomeraciones en un entorno catalogado como parque natural desde 1987.
Llegamos al cruce con la CV-797, que comunica la localidad de Alcoy con el santuario de la Font Rotja. Esta vía, nos lleva rodeados de carrascas hasta los 1000 metros de altitud, donde se encuentra la ermita de la Virgen de los Lirios y San Felipe Neri. No olvidéis su fuente, a la que las gentes del lugar atribuyen cualidades curativas por intercesión del Virgen.
Aquí mismo, se levanta una imponente edificación, de lo que originalmente fue un hotel, frecuentado por las familias más pudientes del cercano Alcoy, con usos posteriores, y actualmente reconvertido en el aula de del Parque Natural del Carrascal de la Font Rotja. Desde aquí, encaramados a la pasarela perimetral del edificio, las vistas panorámicas que inciden en nuestras pupilas nos golpean mostrándonos nuestra propia insignificancia.
La temperatura que horas previas, se mostraba algo arisca, se va tornando en una envoltura cálida en la que nos iremos desplazando, volviendo sobre nuestros pasos por la CV-797 hasta rozar Alcoy. Aquí nos encontramos con la N-340, por la que nos deslizaremos evitando el hormigón del A-7 en busca de la CV-7881 que, comportándose como un puente, nos llevara a la CV-70.
La CV-70 maternalmente nos acunara pasando por la Torre de Penella y la emblemática Venta Nadal frecuentada por los amantes de la montaña, las motos y el buen comer, llevándonos a la población de Benilloba. Saliendo de Benilloba, sin apenas volvernos a conciliar con la CV-70, bruscamente nos reclama la CV-710 que, entre cultivos de almendros y olivos, nos traslada a Gorga, nombrada Villa y otorgada de privilegios por Jaime I, con la curiosidad de tener un olivo Bimilenario todavía en producción.
Siguiendo el trazado de la CV-710, pasamos junto a Millena, población con poco más de doscientos habitantes y con un encanto especial, continuando nuestro paso por la sombra del Castillo de Travadell con apenas unos lienzos de su antiguo propósito de fortaleza.
Transitando por la CV-710, casi sin darnos cuenta, enlazamos con la CV-708 que nos conduce a Almudaina, entrando por la calle de San Bertomeu a la torre almohade, simbolo de esta pequeña y coqueta población.
Aquí en Almudaina, derivada de su nombre original al-Mudayyina, asentamiento de inequívoco origen islámico, destaca e individualiza a esta población su torre cuadrada y basta, elaborada con la técnica del tapial, como único elemento resistente al paso del tiempo, de lo que antaño fue un recinto fortificado. De este tipo de construcciones está salpicada la geografía de la provincia, alquerías que conformaban la base de la economía de la época, basada en la agricultura, la ganadería y el comercio entre ellas. Hay que recordar, que precisamente originado por este tipo de comercio entre estas alquerías, masías y poblaciones, tiene su origen la “Fira de Tots Sants”, Feria de todos Los Santos de Cocentaina, celebrada cada primero de noviembre desde 1346, consolidada en segundo puesto como la feria más antigua de España, concebida mediante Privilegio otorgado de Pedro IV de Aragón al Conde de Cocentaina.
Y es aquí, en esta torre, adquirida y restaurada por la diputación de Alicante, gestionada por el MARQ, se encuentra una musealización de la misma, donde Enrique, conserje, guía y conocedor de su historia y el entorno, nos ha guiado por sus cuatro plantas, contando, explicando, respondiendo, cada una de sus características y particularidades.
Os aconsejo que, si pasáis por Almudaina, no paséis de largo deteneros, pasear, disfrutar de las vistas del Valle del Serpis y por supuesto visitar su torre.
Nos despedimos de los años de historia de esta antigua alquería y continuamos nuestro camino por la CV-708, hasta encontrarnos atravesando Benialfaqui, pequeña pedanía perteneciente a la cercana población de Planes de la Baronía.
Planes de la Baronia, no la visitamos, pues el único enemigo de estas rutas, El Tiempo, realizaba su imparable labor. De todos modos, aconsejo visitar la población de origen de época musulmana, que durante 1278 obtuvo la carta puebla de manos de Jaime I, pasando a ser Baronia perteneciente al Señorío de Cocentaina.
Su imagen, garrapiñada en torno a un pequeño cerro en cuya cresta se encuentra un imponente castillo, del que únicamente quedan las murallas exteriores y una restaurada torre, recuerda su pasado medieval edificado sobre el rastro de anteriores asentamientos, a lo largo de la historia.
Esta pequeña localidad esta considerada como la Capital de la cereza, con su propia Denominación de Origen “Cerezas de la Montaña de Alicante”.
Salimos de Planes por la CV-700 y, rodeando la población, nos dirigimos por la CV-711 que nos lleva hacia la presa del embalse de Beniarres, en el cauce del rio Serpis, lugar de ocio donde está permitida la pesca y la navegación.
Volvemos al camino por la CV-711para dirigirnos hacia Beniarres, población en la ribera del rio Serpis, localización de numerosos parajes de gran valor natural.
Tomamos la CV-705 hacia Gayanes buscando destino a Muro de Alcoy, a lo pies del Parque Natural de la Sierra de Mariola, idóneo destino para los amantes del turismo rural.
Buscamos la N-340 para, sin apenas rozar el núcleo urbano de Muro, tomar la CV-700 en dirección a Agres, bordeando la Sierra Mariola. Esta población alberga el Santuario de la Virgen de Agres y convento Franciscano, desde donde parten infinidad de rutas para los amantes del senderismo en un entorno privilegiado.
Una vez dejada atrás la población de Agres, seguimos el trazado de la CV-700 atravesando Alfafara, población que también es origen de infinidad de rutas de senderismo por rincones de especial belleza, fuentes y el paso de la vía verde del Xixarra, antiguo trazado del así llamado tren de vía estrecha, llego a unir la murciana población de Cieza con Gandía, conectando con la línea Alcoy-Gandía, cuyo propósito inicial fue el transporte de vino hacia la costa.
Sigue nuestro discurrir por la CV-700, para finalizar en la C-81, donde nos dirigiremos a Bocairent, ya en provincia en la provincia de Valencia. Población igualmente de origen musulmán que, tras disolverse el califato de Córdoba, paso a formar parte de la Taifa de Denia, para finalizar siendo adscrita a la Corona de Aragón. En 1370, Pedro IV el Ceremonioso le otorgo el privilegio de imponer sisas al comercio de su demarcación, poder exportar vino y aceite a Castilla y al Reino de Murcia. En las guerras de Germanías, la población apoyo a Carlos I, el cual la recompenso con la celebración de feria anual y mercado semanal, en ella se ubico la Real Fabricas de Paños, más tarde se vio envuelta en las guerras de Independencia y Carlistas, viendo importantes batallas….Todo estos devenires, se reflejan en cada una de sus calles, rincones y edificaciones que aconsejamos recorrer.
Alejándonos de Bocairent por la Cv-81, conectamos con la CV-795 para alcanzar Banyeres de Mariola, en la que existen registros de población desde el neolítico, pasando por iberos, romanos, musulmanes hasta la reconquista cristiana manos de Jaime I de Aragón. Esta Villa junto a la de Biar, disfrutó de gran importancia estratégica debido a su castillo, al ser zona fronteriza con Castilla.
Su tradición textil y papelera, queda reflejada en los diferentes molinos diseminados por el cauce del rio Vinalopó. Este cauce se puede recorrer iniciando en el Centro de Información del Parque Natural de la Sierra Mariola.
Dejando atrás el núcleo urbano y continuando por la CV-795, vamos en busca de la CV-803 que serpenteando por el famoso Puerto de Canalís de Onil, nos lleva a esta población de gran tradición juguetera, en especial por la elaboración de muñecas.
Dejando Onil a nuestra derecha por la CV-802, enlazamos con la CV-8153 que nos emplaza en Castalla, destino final de la ruta, con un imponente castillo en lo alto de un cerro, dominando todo el valle. Todo el casco urbano, desciende por las faldas del castillo hasta la planicie de sus tierras de cultivo. Su castillo de origen islámico se asienta sobre restos de anteriores civilizaciones remontándose al neolítico, pasando sucesivamente por periodos Andalusi, Taifal, Almohade, Cristiano, Medieval, hasta nuestros días.
En definitiva, pasamos una jornada estupenda, con un clima muy amigo, cuya culminación fue disfrutar de la gastronomía típica de la zona, carnes a la brasa, embutidos y los famosos gazpachos de Castalla, tradicional guiso servido sobre una coca de pan, en uno de los reconocidos restaurantes de la Villa.
Este tradicional guiso, tiene su origen en la gente humilde, procedente de las comidas que realizaban durante el pastoreo, utilizando los productos que les daba la tierra. Compuesto de tomate, cebolla, pollo y conejo, al que se le añade una torta de pan ácimo desmenuzado para darle consistencia, todo ello guisado en caldo de carne. El sabor fuertemente especiado de este guiso proviene de la “prebella”, una variedad de tomillo altamente aromática, que proviene de las sierras cercanas, también acompañado a voluntad con “all i oli”.
Una particularidad de este guiso es que, una vez acabado el gazpacho, la coca de pan que ha servido de base, se unta de miel y se ingiere como un particular postre que une el sabor salado del pan empapado en el guiso en contraste con el dulzor de la miel.
Y es aquí donde finalizamos la jornada, que tras abrazos, buenos deseos y despedidas, cada uno de los participantes en la jornada, se dirige a su nido como cualquier mochuelo, eso sí…pensando ya en la siguiente ruta.
Agustín Díaz S519