14/04/2022
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Amanece en Granada un día claro, limpio y soleado. Un poco antes de las 10 de la mañana empezamos con nuestro ritual colocándonos la armadura cual caballero andante para salir rumbo a la gasolinera en la que hemos quedado en los pies de Sierra Nevada.

Arribamos a la gasolinera con curiosidad por saber quién era el último en llegar, para ir poniéndonos cara: Juan Ramón, Antonio Jesus, Jose Torres, Luis, Jordi y “Goretex”, que diga Mari. Empezamos a mirar las motos y a imaginar cómo la llevaría cada uno…. Creo que eso lo hemos hecho todos, jajajaja…..

Después de la protocolaria espera, a la hora convenida pusimos a dar vueltas las ruedas de nuestras monturas. Encabezando el grupo Antonio, y cerrándolo Jose. Cuidando del rebaño. 

Dejamos a un lado Pinos Genil y nos dirigimos a Dudar, pasamos Quentar y coronamos el Puerto de Los Blancares para, pasando La Peza, desviarnos en busca del Embalse de Francisco Abellán.

Sabíamos que se echarían muchas fotos. Y que pararíamos todas las veces que hiciera falta a tenor de la previsión de tiempos que se marcaron antes de salir. El inconveniente de inmortalizar los momentos en moto es que te tienes que quitar los guantes cada vez que te enfrentas a esa toma perfecta. Por suerte Goretex se encargó con mucho gusto de la tarea a lo largo de la jornada, dándonos la oportunidad de prepararnos con la barriga bien metida y en los mejores sitios para salir bonicos.

Retrocedimos en busca del Mirador del Fin del Mundo, que sería nuestra segunda parada. El acceso desde Beas de Guadix es a través de una cuesta zigzagueante hormigonada. Cuando hay hormigón hay pendiente. Jordi venía con su Shadow, y yo pensé que tendría dificultades en subir por lo estrecho, empinado y revirado de la subida. Y porque llevaba a Mari con él, pero náaa. Un filigrana. No cabe duda. Fotos de rigor y continuamos ruta.

La siguiente parada, “El Castillo de la Calahorra”. Estaba pasando de largo el asador donde tendríamos que regresar para calmar la sed y dar tranquilidad al cuerpo en Jerez del Marquesado. Pero eso después. El acceso al castillo no tiene demasiada complicación si obviamos la grava suelta que hay en su subida y las dos o tres curvas en ciento ochenta grados que hay que salvar para llegar. Lástima que estuviera cerrado y que, aunque se pueda visitar, por lo visto solo se puede en día laborable y en horas de fichar. Las vistas tanto de las llanuras que lo rodean como de las cumbres que lo vigilan son estupendas. 

Luis tuvo que retirarse y no pudo acompañarnos al asador, las obligaciones familiares lo reclamaban. En la próxima no dejaremos que se escape.

En el asador…. mejor ver las fotos. Al finalizar el almuerzo y antes de la despedida volvimos a inmortalizarnos con los estómagos ya saciados. Era el momento de la despedida, pero ya estábamos magullando las nuevas aventuras que están por venir, que a buen seguro serán muy pronto.

Un gran día, con una compañía de lujo, nuestros nuevos Silver Reader de Granada y Juan Ramón de Almería.

  • Ruta#1 - Delegación de Granada
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