15/05/2022
Compartir:

No sólo curvas.

El pasado 15 de Mayo se entregaron los Premios Nacionales de Mototurismo, en sus diferentes categorías. En la de Ruta Nacional figuraba nominada la Ruta de los Tres Valles, iniciativa impulsada por el Gobierno de la Rioja en octubre de 2018. Se trata de un atractivo recorrido siguiendo los cursos de tres ríos riojanos: Najerilla, Iregua y Leza, con sus correspondientes puertos para cambiar de valle. El resultado son doscientos kilómetros de un paisaje fabuloso, con unas carreteras serpenteantes jalonadas de preciosos pueblos que se hacen más encantadores según alcanzan mayor altitud al afrontar los cursos altos de los ríos. Los tres ríos desembocan hacia el norte en el señorial Ebro, que cierra así  una ruta circular con un amable recorrido entre viñedos, bodegas, casones y… peregrinos, porque este tramo comparte trazado con el Camino de Santiago.

La Delegación Riojana del Silver Reader Motoclub quiso mostrar su apoyo y reconocimiento a la iniciativa, y convocó a los readers de las vecinas Burgos, Vizcaya y Guipuzcoa, a los que se sumaron dos madrileños que llevaban tiempo proyectando la visita.

Partiendo desde Logroño, y siempre siguiendo las indicaciones de la ruta (que se encuentra señalizada a lo largo de todo el recorrido) los readers disfrutaron de los hermosos paisajes de las Siete Villas. La primera parada fue en Tricio, (fue municipio y centro alfarero romano) donde no podían dejar de conocer su historia milenaria, detallada en la Ermita de Nuestra Señora de los Arcos. Por si quedaba alguna duda, la encantadora Delia, voluntaria a cargo de la ermita, se encargó de resolverla, ahondando en los detalles y explicándonos las piezas que alberga la ermita , algunas majestuosas. 

En Tricio nos enganchamos al Rio Najerilla. Ya no hay pérdida posible: cuarenta kilómetros de carretera de muy buen estado, que se va encajonando según asciende, zigzagueando entre los cañones formados por el río durante milenios. Difícil no perder la concentración en la carretera ante tanta maravilla natural. Además, la época elegida, primavera aunque tardía, nos regaló un verdor y una frondosidad que sólo el murmullo del agua en un caudal  inusualmente alto se atrevía a perturbar… El murmullo del agua ….¡y una traicionera cadena que se empeñó en romperse y dejar a David tirado en mitad de la carretera!

Y mientras se esperaba la llegada de la asistencia negros nubarrones se cernían sobre nuestras cabezas: la tormenta anunciaba su inminente llegada. El grupo reanudó la marcha para poder completar el trazado de la Ruta mientras David y tres readers quedaban a la espera de la grúa.

Cambiamos de valle coronando el puerto de Viniegra, donde el espectáculo de ver venir la tormenta nos hizo detenernos para contemplarlo, aún sabiendo que cualquier retraso podría suponer un buen remojón. La caravana se estiró entre las cumbres recién coronadas. Cada uno las gestionaba a su ritmo, como debe ser. Los más lentos sin presión y los más rápidos a su aire. La buena señalización de la ruta hizo que nadie se perdiera.

Fuimos llegando a Nieva de Cameros, donde nos aguardaba la mejor caparronada que hayamos probado en mucho tiempo. Afuera los truenos llamaban a la puerta, trayendo los primeros goterones de una tormenta que pintaba muy negra. 

Un trueno pareció más fuerte y más cercano. No era un trueno. Eran las motos del último grupo, que con David a la grupa de Luis hizo su aparición en el umbral del Bar la Chata. El último trueno se confundió con la gran ovación que todo el grupo dedicó a los aguerridos readers que atajaron por una ruta alternativa de la mano de Javier, anfitrión de la sección riojana y buen conocedor de la zona. Cuando el último rezagado entró en el bar, comenzó la tormenta. ¿Sincronización?¿Milagro?¿Efecto mágico del mono amarillo de Javier? No íbamos a pararnos a decidirlo mientras los caparrones nos esperaban en esas marmitas humeante.

Mientras fuera diluviaba, el grupo daba buena cuenta de las viandas. El buen humor y la comida disiparon las preocupaciones. Cuando se terminó el último puchero ya había dejado de llover y el cielo comenzaba a despejarse. Era tiempo de reanudar la marcha.

Un breve recorrido por un Iregua encajonado entre moles de roca, nos llevó a encarar el Puerto de la Rasa, para acceder al valle del Leza, nuestro último valle de la Ruta. A medida que ascendíamos la vegetación iba desapareciendo y al cumbrear el puerto los pinares apenas ocultaban una panorámica sobrecogedora de las Cumbres de los Cameros: el Camero Viejo al este y el Camero Nuevo tras nosotros, al oeste.

En Jalón accedimos a la carretera general que sigue el curso del Rio Leza, bordeando el nuevo pantano de Terroba para, tras cruzar Soto, detenernos a extasiarnos en el mirador de los buitres. Aunque no vimos ninguno, espantados por la reciente tormenta, las vistas del Cañon, con un Leza caudaloso como pocas veces se ha visto, nos hacían despedirnos de las curvas y las sierras. A partir de aquí, la fértil vega del Iregua, al que volvimos a encontrar en Alberite, presagiaba el final de la ruta en Lardero.

En Lardero, y ya con sol en el cielo, el grupo se reunía por última vez. Tras los abrazos y despedidas los readers fueron despidiéndose….unos marcharon para Burgos, otros para San Sebastián, otros para Bilbao… Pero en todos ellos quedó el grato recuerdo de la Ruta de los Tres Valles, y el deseo de volver a encontrarnos en próximas convocatorias, aquí o …. ¡donde nos lleve la aventura! 

Very Good, my Friends!


N.R.: El Premio Nacional de Turismo recayó en la Silent Route, de Teruel

N.R.: El caparrón es una alubia pinta típica de la zona.


 

  • Ruta #1 - Delegación de La Rioja
  • Ruta #1 - Delegación de La Rioja
  • Ruta #1 - Delegación de La Rioja
  • Ruta #1 - Delegación de La Rioja
  • Ruta #1 - Delegación de La Rioja
  • Ruta #1 - Delegación de La Rioja
  • Ruta #1 - Delegación de La Rioja