“Me levanté a conjurar la tempestad, que venía tan horrible, y con tanto ruido, que parecía que se abría algún volcán infernal, pues los truenos eran tan grandes que semejaban a una pieza de bronce de veinte y cinco libras de artillería”. Así de gráficamente refiere su partida de Malaca por el estrecho de Sincapura -hoy Singapur- el aragonés Pedro Cubero Sebastián. Nacido en El Frasno (Zaragoza) en 1645, este sacerdote y jurista está considerado el primer hombre en dar la vuelta al mundo en sentido inverso al habitual este-oeste. Lo hizo entre 1670 y 1679 y mayoritariamente por tierra, aunque se embarcó en el Galeón de Manila para llegar a México y retornar a España. Roma, París, Viena, Hungría, Varsovia, Moscú, Astracán o La Habana fueron solo algunos de sus destinos durante un largo periplo evangelizador y diplomático en el que sufrió tormentas, fue esclavizado y también recibido como una importante personalidad por emperadores, zares y reyes de todo el mundo. Fue el primero en documentar en su travesía entre Filipinas y Acapulco el Berben o mal de Loanda, “que son los achaques más pestíferos que se dan en aquella navegación”. Este cúmulo de peripecias y el hecho de que las plasmara todas con gran rigor en su libro “Peregrinación del mundo”, fue aprovechado por la delegación de Zaragoza del Silver Reader Motoclub para organizar su primera ruta el pasado 26 de noviembre, con tan insigne viajero y el arte mudéjar como protagonistas.
Partiendo de Zaragoza, llegamos hasta Cariñena, para introducirnos posteriormente en plena Sierra de Vicor, serranía boscosa ubicada en la parte más occidental de la provincia y recorrida por el río Grío. En su curso se encuentra la localidad de Tobed, cuya arquitectura mudéjar fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco hace 20 años. En una impactante y muy recomendable visita guiada -gracias, Victoria- visitamos el Museo de la Historia del Mudéjar de Aragón instalado en el Palacio del Prior y la iglesia de la Virgen de Tobed, templo fortaleza de imponentes dimensiones y bellísima factura en el que trabajaron los mejores maestros del momento, Mahoma Calahorrí y Mahoma Rami. Tras un paseo por el casco urbano nos encaminamos a El Frasno, cuna de Pedro Cubero Sebastián, de quien queríamos saber más.
Y mucho supimos, gracias a la inestimable ayuda de la Asociación Cultural El Frasno, que nos ofreció una amena charla sobre este personaje cuya figura están dando a conocer con esfuerzo y de forma altruista, constatando no sin pena que existen más referencias de él en lugares tan lejanos como Rusia que en nuestro propio país o en su mismo pueblo, lo que le confiere por derecho propio la consideración de explorador olvidado.
Como no solo del conocimiento se vive, pusimos fin a la jornada con una agradable comida en El Frasno, que también es tierra de cachopo, en la que seguimos hablando de viajes, exploradores, mares y próximas rutas. Un cómodo retorno por la aburrida autovía A-2 nos devolvió a la capital aragonesa con la caída de la tarde.
Un buen estreno para la delegación de Zaragoza -con la compañía de un socio de la de Barcelona- y en el que constatamos dos cosas, que el Silver Reader Motoclub aglutina a gentes con inquietudes culturales muy afines y que, como dice el dicho, la esencia se sirve en frascos pequeños, pues las rutas cercanas y los destinos que habitualmente circunvalamos están llenos de atractivos capaces de dejarnos con la boca abierta. A por la próxima.
Santiago Izuel, socio 66.
Delegado Silver Reader Motoclub Zaragoza