Viernes 3 de marzo de 2023, 12:30 horas, Itálica, Santiponce, cuna del emperador Trajano, da comienzo la quedada organizada por la delegación de Sevilla. Como todas las rutas organizadas por el club, que siempre tienen un carácter cultural, y que mejor que empezar con una visita guiada por el propio delegado al conjunto monumental de Itálica. Después, comida de hermandad y ruta dirección Alanís, unos por ON, lo negro, con mejor fortuna y otros por OFF, lo marrón, con más aventura, y dando fe que el mundo no es como dicen los telediarios, y hay buena gente allá donde estés.
El resto salimos más tarde por motivos laborales, como la delegación de Sevilla, que quedamos ya por la tarde. Algunos nos conocíamos ya, nos faltaba un miembro por conocer, y encantados por ello. Que verdad es esa norma escrita que los miembros del club puede tener la moto que quieran y no hace falta ser un experto piloto, por lo que salimos dirección a Alanís de forma compacta, sin dispersarnos. Nos cogió la noche, y Francisco comandó la expedición, por conocimiento del camino y por la luz tan fantástica que da su moto.
Ya en Alanís, casi todos habían llegado, de diferentes puntos del país, pocos faltaban por llegar, y el buen ambiente reinó desde el principio, reencuentro afectuoso con los miembros que nos conocimos en Rivas de Sil y Aracena, presentación con miembros que no nos conocíamos en persona, pero que nada más vernos, como si fuésemos amigos de toda la vida, y empezó la camaradería. Había organizada para esa tarde-noche una ruta pedestre por las dehesas cercanas, que se truncó, ya que no llegamos en tiempo y forma, pero que al día siguiente solventamos acudiendo a la llamada del guía local Choro, a su museo de la supervivencia, que nos dejó embelesados y más adelante detallaré. Continuó la convivencia, corrieron los tercios fresquitos, las risas, las anécdotas y peripecias de los que se retrasaron. Nos recogimos “temprano” para estar a tope para el día siguiente.
Como es natural, no nos recogimos temprano, pero a primera hora de la fresquita mañana, ya estábamos pidiendo los cafés de rigor en el bar antes de salir, y continuando con las bromas y la guasa entre compañeros: “ … cuando hay aparcadas cinco motos, cuatro de ellas de una forma, y una de otra forma, ¿Cuál es la que está mal aparcada? …” juzguen ustedes.
Al empezar la ruta, dos de las motos no arrancaban, con la ayuda de los compañeros y la aportación del conocimiento de cada uno, pudimos arrancar una, la otra no. Esto retraso la salida. Aquí la delegación de Sevilla quiere hacer un “mea culpa”, al salir los grupos dispersos, la ruta definida era larga para el tiempo que quedaba, cada uno tiró por donde supo/quiso, se formaron cuatro o cinco grupos independientes, y no salió como estaba previsto, pero también he de decir, que tiraras para donde tiraras, todo era espectacular, dehesas, curvas, sierra, … En próximas quedadas, tendremos más diligencia en este aspecto y pedimos perdón a las personas perjudicadas. El grupo donde iba, se encontró con otro grupo el cual estaba parado en la carretera al pinchar uno de sus miembros, no hicimos kilómetros, nos quedamos con ellos y agradecer nuevamente la aportación de cada uno el solventarlo, y sobre todo a la persona que arregló ese pinchazo y la clase magistral que nos enseñó.
Regresamos al pueblo antes de tiempo, pero eso no hizo que nos viniésemos abajo, nos cambiamos, nos vestimos de normal, y a reunirnos con los que se habían quedado. Al ser un grupo tan grande, nos dividimos en dos, y en cualquiera de los dos grupos, te lo pasabas bien seguro. Los amigos que permitimos venir que no eran socios del club, quedaron prendados del
buen ambiente existente en todo momento, lo que hace darnos a conocer, y que la familia siga creciendo.
Esto es un no parar y después de la comida, visita al museo de la supervivencia, nos estaban esperando, y fue una experiencia asombrosa, conocimiento y cuidado del medio, aprovechamiento de recursos, aprender a hacer fuego… y agradecer desde aquí al Choro las explicaciones dadas y como se portó de bien con nosotros. Una vez terminada la visita, nos esperaban mas actividades, concierto super animado, convivencia con los lugareños, más risas, anécdotas, cena y entregas de pines a los miembros que nos tocaban recibirlos.
Ya en la mañana del domingo, escoltados en todo momento por protección civil, vuelta por el pueblo con unos alevines promesas de la competición que esperemos tengan muchos éxitos en el futuro y, lo más importante y emotivo, el homenaje a nuestro amigo Sergio en el castillo. Subieron las motos, dijimos palabras que salían del corazón, lo recordamos con pena y a la vez con alegría, por todo lo que nos está aportando, y digo nos está aportando en presente, porque sigue aportándonos mucho. Al finalizar, nos dimos sentidos abrazos y prometimos vernos en la próxima, que será más pronto que tarde.
Una jornada de convivencia que creo le gustó a todo el mundo. Por último, agradecer a todo pueblo de Alanís, corporación municipal y habitantes, lo bien que se portó con nosotros, nos abrieron las puertas, y nosotros encantados de estar allí, ¡volveremos!