Todavía con el aroma de humo de la hoguera de Cantalejo en nuestra indumentaria, algunos de nosotros nos protegemos con ella para circular en moto. No será que no le hemos hecho un buen lavado y ha estado aireándose durante varias jornadas, pero ese peculiar olor llega hasta nuestra pituitaria y nos trae gratos recuerdos.
Vamos a iniciar nuestra actividad del 2024 en la Delegación de Valencia y Castellón que promete y va a resultar, si cabe, más interesante que la del año anterior.
Inauguramos temporada con una ruta que recorrerá el interior de las provincias de Valencia y Alicante para terminar a pie de playa y disfrutar del “arroç negre i arroç del senyoret”.
Una vez reunidos en nuestro punto de encuentro arrancamos y, circulando por la autovía A-7, nos dirigimos hacia nuestra primera parada. La mañana es fresca, algo menos de lo que corresponde a la fecha que marca el calendario, pero sabemos que conforme avance el día vamos a tener que ir eliminando prendas de abrigo porque la temperatura va a ir aumentando y nos permitirá disfrutar de un día muy agradable.
El primer tramo nos dirige hacia la comarca de Vall D’Albaida antaño cuna del desarrollo de la industria textil y el vidrio que junto al cultivo del almendro, vid y olivo convirtieron la zona en un área de riqueza para los habitantes que aquí se establecieron. Mientras nos acercamos hacia Montaverner, donde cumpliremos con nuestro ritual del esmorzaret popular, dejamos atrás las naves en Alfarrasí de la popular fábrica TROVADOR famosa por la confección de suaves toallas y cuya imagen aparecía en anuncios de prensa y televisión en los años 60.
En un local abarrotado, todo el mundo compite por encontrar un lugar vacío o una mesa a punto de ser liberada para sentarse a disfrutar como buen gormando del desayuno mañanero. Terminamos con nuestro típico cremaet que genera controversia con el titular de la cafetera en la barra. Tras una pequeña degustación, surge debate sobre el modo de elaboración, los ingredientes, el toque de canela, etc…, el debate finaliza con la sentencia típica valenciana: “el meu lo millor del mon”.
En nuestro recorrido, cruzamos el río Clariano que confluye con el río Albaida fuente de desarrollo gracias a los barrancos que aportan su caudal. El Barranco de los Naranjos de Ontinyent-Barranco de la Fos de Bocairent esconde un tesoro patrimonial que actualmente amenaza ruina. Sus molinos hidráulicos enlazan con los orígenes de la tradición textil de estos municipios al tiempo que conforman un verdadero mosaico de la actividad batanera de los siglos XVIII a XX, precedentes de la industria textil más moderna del Valle de Albaida.
Estamos circulando ya entre un vergel de pinos y matorral mediterráneo a través de una angosta carretera que culebrea con curvas y más curvas. Dejamos atrás la localidad de Salem que posee su sector más dinámico en las bebidas representado por “Font Salem” que aprovecha un gran manantial subterráneo de aguas de la localidad para abastecer a importantes empresas de distribución de multitud de bebidas incluyendo nuestra preferida: la cerveza.
En este momento y mientras descendemos hacia el embalse de Beniarrés aparecen los molestos “capullos” que piensan que la carretera es su circuito particular. Empezamos a ser adelantados por pequeñas columnas de motos que no respetan señalización ninguna y ponen en peligro nuestra seguridad. No se trata de jóvenes locos, pues más de uno pinta ya canas y trata de llenar su ego perdido por una pitopausia temprana. Nosotros mantenemos la calma, circulamos con tranquilidad esperando que desaparezcan y poder apreciar el paisaje de rica naturaleza que transitamos.
Ahora tomamos dirección a la provincia de Alicante recorriendo la Vall de Laguart. Lamentablemente un virulento incendio calcinó miles de hectáreas y, aunque ya el área está cubierta con pimpollos y matorral, este terreno que debía estar húmedo y con pequeños barrancos y chorreros continuos, es ahora un terreno seco que demanda lluvia a través del color amarillento y hojas alicaídas de la arboleda que apreciamos en nuestro paseo.
Siguen las curvas y un terreno estrecho que vemos señalizado con marcas e información típica para los ciclistas que suelen transitar estos lugares. Pero fijándonos bien, estamos circulando por las carreteras que en pocas horas recorrerán los participantes en la Volta ciclista a la Comunitat Valenciana. Hay una señalización adicional para que el pelotón y la caravana no se pierda en este trayecto lleno de desvíos y lleguen a la meta. Hemos tenido suerte de no coincidir con su paso porque nos habría “evitado” poder disfrutar de nuestro cronograma mañanero y habría retrasado todo nuestro plan previsto.
CUEVA DE LAS CALAVERAS.
Visitamos La Cueva de las Calaveras, excavada en materiales del Cretácico (período geológico que abarca desde hace 145 millones de años hasta hace 65 millones años, caracterizado por el levantamiento de las grandes cordilleras del Himalaya y los Andes, la aparición de las plantas con flores y la extinción de los dinosaurios).
Situada muy próxima a la localidad de Benidoleig. Con un recorrido de 480 m., ofrece a la entrada una gran sala en la que existe el osario, con restos pertenecientes a caballos y conejos fundamentalmente y otros objetos como puntas de flecha, rascaderas, etc. Todos estos restos datan de unos 40.000 años e indican la ocupación de la cueva por el hombre en un momento determinado. Aproximadamente a 150 m. de la entrada, existe otra gran sala con una estalactita de grandes dimensiones en el centro, a la que se denomina por su forma “La Campana”. A lo largo de todo el recorrido, se puede observar en las paredes y en zonas próximas a ellas, excelentes ejemplares de fósiles, estalactitas y estalagmitas que dan lugar a figuras casuales, comparables a objetos y animales conocidos. Las formas más espectaculares pueden encontrarse en los techos, que forman a veces verdaderas cúpulas con muy buenos ejemplos de disolución y precipitación. Finalmente, señalar la existencia de un lago al final de la cueva, cuya longitud conocida es de unos 500 m. aproximadamente.
LOS BAÑOS SUNSHINE: FIN DE FIESTA.
Es el momento del festín final entre tertulia, bromas, risas y camaradería.
Jaume Pastor nos ha situado en lugar preferencial. Los rayos de sol, que en un primer momento parecen molestos, conforme avance la tarde se convertirán en nuestro ecológico sistema de calefacción. Conocemos a un pequeño grupo de aficionados a la moto que también están de visita por la zona y mantienen amistad con nuestro anfitrión, así que se sucede un intercambio de experiencias y buenos propósitos que quién sabe si en un futuro se convertirán en alguna realidad.
Nos han obsequiado con unos presentes que en medio de un alegre jolgorio sorteamos entre los asistentes: parece que el sistema aleatorio ha sido saboteado porque los afortunados somos siempre los mismos: menos mal que las tallas no nos convienen y nadie puede impugnar el sorteo.
Disfrutamos de la cultura gastronómica del lugar con productos de cercanía y entre viajecito y viajecito a la paella para reponer el vacío que se ha producido en el plato, nos refrescamos con cerveza y agua para hidratarnos entre carcajada y carcajada que produce el monólogo que nos está ofreciendo nuestro compañero Pepe, alias “Madriles”.
La tarde está tocando a su fin y es el momento de las despedidas. ¡Qué bien lo hemos pasado! y un ¡hasta la próxima! son las palabras más utilizadas. El viaje de vuelta es libre….
Nos vemos próximamente levantado una copa de vino.