Tal día como hoy, 11 de junio de 1540, moría Jorge de Espira, o más bien, Georg Hohermuth von Speyer, en Coro (Venezuela) con apenas 40 años. Fue gobernador de Venezuela, sucediendo a Nicolás Federmann. Como todos los exploradores alemanes de la casa de los Welser, buscaba con anhelo El Dorado.
Jorge de Espira nació hacia el 1500 en la ciudad alemana de Espira (Speyer). Trabajó para la Casa de los Welser primero en Augsburgo, después en Lyon y finalmente en Sevilla, muy unido a los negocios con el Nuevo Mundo.
El 28 de septiembre de 1534 fue nombrado gobernador de Venezuela, zarpando el 8 de diciembre de ese mismo año desde Sanlúcar de Barrameda y llegando a Coro el 6 de febrero de 1535.
Inició pronto los preparativos de una expedición en busca de El Dorado, mito del que hablaban todos en aquella época.
Ese mismo año partía con una avanzadilla de cien hombres hacia el sur siguiendo un recorrido explorado previamente por Federmann hasta la ciudad de Barquisimeto, fundada por éste en 1530.
El 15 de mayo de 1535 partía desde Coro el resto de la expedición, formada por 490 exploradores, reuniéndose con la avanzadilla de Espira. Ambas huestes continuaron en dirección suroeste hasta llegar al río Apure donde invernaron. Tras la temporada de frío, continuaron su camino hasta cruzar el río Meta, en la actual Colombia. En esa región tuvieron noticias sobre unas tierras ricas al otro lado de los Andes, pero no encontraron un paso. Siguieron la marcha hacia el sur sufriendo los continuos ataques de nativos, y dificultando el camino un clima torrencial y el ataque despiadado de todo tipo de insectos. Llegaron hasta el río Papamene y probablemente fue el descubridor del río Caquetá y el Putumayo, ambos afluentes del Amazonas. En dicha región sufrieron ataques de caníbales, quienes mataron a uno de sus capitanes, Esteban Martin, por lo que Jorge de Espira, obligado por sus expedicionarios, decidió volver a Coro.
Finalmente arribaba a Coro el 27 de mayo de 1538, con apenas noventa hombres de los casi seiscientos que componía la expedición. Un desastre económico por lo escaso del botín, aunque habían descubierto una región inexplorada al este de los Andes.
Además, a su llegada, se encontró con que después de tres años de ausencia, su puesto de gobernador había sido ocupado por el doctor Antonio Navarro, juez de residencia enviado por la Real Audiencia de Santo Domingo, si bien se le fue restituido en 1539.
En 1540 se trasladó a La Española con la intención de conseguir refuerzos para una nueva expedición, sin embargo no tuvo éxito y apenas logró unos pocos voluntarios. Regresó con su fracaso a Coro, donde falleció el 11 de junio de 1540 a causa de unas fiebres.