12/02/1542
Compartir:

12 de febrero de 1542. Una fecha señalada para uno de nuestros #exploradoresolvidados, en concreto Francisco de Orellana, nacido en 1511 en Trujillo (Extremadura).

Si bien Vicente Yáñez Pinzón descubrió en 1500 el río Amazonas, al que llamó Río Grande de la Mar Dulce, fue el primero el que realmente lo descubrió en todo su esplendor.

Pero para llegar a ese descubrimiento hay que remontarse a febrero de 1541, cuando se inició una expedición encabezada por Gonzalo Pizarro (hermano de Francisco Pizarro) desde Quito para encontrar el ansiado Dorado. Se organizó con 200 españoles y casi 4000 indígenas. Cruzaron a pie los Andes hasta llegar con mucha penuria al río Coca. Decidieron construir un bergantín, al que llamaron San Pedro, para transportar a los heridos, enfermos y los pertrechos. Aún así, apenas lograban avanzar.

En un punto, Orellana se ofreció voluntario para continuar río abajo, conseguir alimentos y volver. De este modo, el 26 de diciembre, partió con 56 hombres, entre los que se encontraba el dominico Fray Gaspar de Carbajal, que sería el cronista y gracias al cual tenemos con mucha exactitud el relato de los sucesos y sus fechas, plasmadas en el libro “Relación

Navegaron por las aguas del río Coca hasta encontrar una aldea, donde se alimentaron y recobraron fuerzas. Aunque la idea inicial era volver con los que quedaron atrás, ante la insistencia de sus hombres y dándose cuenta que navegar contracorriente sería imposible, Orellana accedió a continuar el viaje siguiendo la corriente del río.

Aunque la navegación en sí fue fácil, los hombres sufrieron a causa del calor, la humedad, los mosquitos y el hostigamiento de los indígenas aunque raramente atacaban.

El 12 de febrero de 1542, se encontraron en un gran río, al que posteriormente llamarían río Grande de las Amazonas.

Atracaron en la región de Aparia Mayor donde Orellana renunció a los poderes que le había conferido Pizarro y fue elegido jefe por sus compañeros, cumpliendo con un acto de legalismo en las Indias. Decidieron construir un bergantín a la que llamaron Victoria. Esta embarcación sería capaz de resistir los eventuales ataques de los indios además de soportar las vicisitudes de la navegación fluvial. Para lograr la construcción de la barcaza, tuvieron que improvisar una fragua para fabricar las piezas de hierro, prepararon algodón y fabricaron resina silvestre como impermeabilizante, quedando patente la elevada preparación de aquellos aventureros. Finalmente, el 23 de abril prosiguieron el viaje.

Las circunstancias impidieron que pudieran desembarcar lo que les llevó a no poder descansar y pasar hambre por la falta de alimentos. El 12 de mayo, tras un encuentro armado, lograron atracar y desembarcar.

Prosiguieron el viaje con numerosas batallas, heridos e incluso una muerte. No pudieron hacer uso de las armas de fuego por estar la pólvora húmeda.

Incluso lucharon contra un grupo en el que participaron mujeres guerreras (por ello se le llamó río Grande de las Amazonas).

El viaje fue duro y de ataques continuos. Incluso el cronista Fray Gaspar de Carbajal fue herido con una flecha. En un posterior ataque, perdió un ojo. Corría ya finales de junio. Intentaron evitar cualquier contacto con los indígenas, pero no lograron evitar la muerte de dos hombres alcanzados por flechas envenenadas. En los meses de junio y julio se encontraban en la desembocadura del afluente del río Tapajoz. Notaron los efectos de las mareas sobre las aguas por lo que intuyeron que el océano no podía estar lejos. Siguieron a remo, buscando alimentos evitando encuentros con los nativos.

A pesar de los esfuerzos, los ataques continuaban y para poder continuar el viaje, tuvieron que restaurar las embarcaciones.

El 24 de agosto de 1542 alcanzaron la desembocadura del Amazonas.

La aventura continuó con dificultad hasta el 16 de septiembre, cuando llegaron a la isla de Cubagua. Once expedicionarios se dejaron la vida en esta singladura de extrema dificultad.

La mayor parte del séquito volvió a Perú, sin embargo, Orellana tomó rumbo a España en una modesta embarcación para dar a conocer sus descubrimientos. El camino de regreso fue turbulento y una tormenta cerca de las Azores, le obligó a hacer escala en Lisboa, donde intentaron reclutarle para una nueva expedición bajo bandera portuguesa.

Sin embargo, fiel a su rey, llegó a España donde tras un tiempo de negociaciones, el 18 de febrero de 1544 le nombraron gobernador de Nueva Andalucía, el nombre al que le habían dado a las tierras descubiertas.

El 11 de mayo de 1545 parte desde Sanlúcar de Barrameda hacia la desembocadura del Amazonas. De las cuatro embarcaciones que zarparon, sólo dos llegaron a su destino poco antes de las Navidades de ese año.  Construyeron un barco fluvial para adentrarse río adentro. En esta aventura mueren 57 hombres de hambre. La expedición se separa, dejando a parte de ella en un campamento y partiendo Orellana en busca de alimento. A su regreso, se lo encontró vacío, pues éstos partieron en su búsqueda y al no encontrarlo, fueron con uno de los barcos, bordeando la costa hasta isla Margarita. 

Orellana y su hueste siguieron la exploración, pero la hostilidad de los nativos, terminaron por matar a parte de la expedición y al propio Orellana, que murió en noviembre de 1546, en algún lugar del río Amazonas, o como se le llamaba entonces, río Grande de Orellana.

Los supervivientes de esta hueste desistió la exploración y con la segunda embarcación llegaron a isla Margarita donde se encontraron con los supervivientes del primer grupo. 

De un total de 300 expedicionarios, sólo 44 lograron sobrevivir.

Aunque el río que llevaba su nombre, ahora es el Amazona, sigue teniendo su nombre una de las 24 provincias de Ecuador, al igual que la ciudad junto a la confluencia del río Coca y el río Napa, que se llama Francisco de Orellana.

  • Francisco de Orellana
  • Francisco de Orellana
  • Francisco de Orellana
  • Francisco de Orellana
  • Francisco de Orellana