21/05/1542
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Tal día como hoy, el 21 de mayo de 1542, moría otro de los #exploradoresolvidados en Guachota, en la actual Arkansas. Descubridor del río Mississippi.

Hernando de Soto nació en Jerez de los Caballeros, alrededor del año 1500 en el seno de una familia de hidalgos con raíces burgalesas.

Siendo niño formó parte de la expedición de Pedrarias Dávila, partiendo en 1514 a las Indias, siendo paje de la familia de Pedrarias y testigo de las turbulentas relaciones entre el gobernador y Vasco Núñez de Balboa.

A partir de 1519, participó en exploraciones a las órdenes de Gaspar de Espinosa y Francisco Pizarro.

En 1523 tuvo una participación decisiva en la expedición de Francisco Hernández de Córdoba a Nicaragua, siendo testigo de la fundación de ciudades como Granada y Nueva León.

En 1530, siendo ya un hombre de negocios, se desprende de todos sus bienes para participar activamente en la expedición de Pizarro y Almagro hacia el Perú. De esta forma, en febrero de 1531 zarpa con 100 hombres desde la isla de las Perlas hacia la isla de Puná para unirse a la hueste de Pizarro antes de desembarcar en costas las andinas.

Fue Soto quien hizo la primera incursión en tierra andinas para inspeccionar el territorio y de esta forma iniciar la exploración.

También fue el primer enviado para entablar contacto con Atahualpa, surgiendo entre ambos un respeto mutuo. De hecho, tras la detención de Atahualpa, Soto fue uno de sus defensores y también de los más críticos tras el ajusticiamiento de emperador inca.

Aún así, Pizarro siguió confiando en él, siendo siempre la punta de lanza en los avances de los exploradores.

En 1534, Francisco Pizarro lo nombró corregidor de Cuzco y teniente de gobernador.

En noviembre de 1535, con el fin de evitar posicionarse en el conflicto entre Pizarro y Almagro, que finalmente derivó en una guerra civil, se embarcó en dirección a España con el botín que se le asignó en Cajamarca, suficiente para financiar una expedición propia.

Gracias al matrimonio con Isabel de Bobadilla, hija de Pedrarias Dávila, con mucha influencia en la Corte, en 1537 se le nombró adelantado de la Florida y gobernador de Cuba.

El 6 de abril de 1538, zarpaba con diez navíos desde Sanlúcar de Barrameda, llegando el 7 de junio del mismo año a Santiago de Cuba, donde se dedicaría a atender sus labores como gobernador.

El 18 de mayo de 1539 partía con 620 hombres en 9 navíos desde La Habana en dirección a la bahía de Tampa, que bautizaría como Bahía Honda o del Espíritu Santo. Desde allí mandaría de vuelta siete barcos, dejando dos en la bahía con un grupo de jinetes a su custodia.

Soto se adentró por las tierras cenagosas plantando un campamento cerca del poblado de Ucita desde donde envió exploradores hacia todas las direcciones. Uno de ellos se encontró con otro español que llevaba doce años en esas tierras como esclavo del cacique del pueblo enemigo de Ucita. Se trataba de Juan Ortiz, náufrago de la expedición de Pánfilo de Narváez en mayo de 1528 que se unió a la hueste de Soto, siendo de un inestimable valor al servir de intérprete.

Siguieron la exploración hacia el norte en busca de la legendaria Chicora, una tierra rica en madera, olivos, perlas, oro y plata, comparables con las de Tenochtitlan y Cajamarca, de la que había oído hablar a Lucas de Ayllón. Esta tierra fue supuestamente descubierta el 24 de junio de 1521 por Pedro de Quejo y Francisco Gordillo y que ellos llamaron la Tierra de San Juan Bautista, contactando con unos nativos llamados "Chicora". La búsqueda de este mito se alargó durante sesenta años, tanto por españoles como franceses. La realidad es que fue un cuento que se inventó un nativo, al que bautizaron Francisco de Chicora, apresado por los dos esclavistas en el continente americano, y que se tomó por cierto, convirtiéndose en un anhelo para muchos exploradores.

El recorrido por tierras americanas fue duro, con continuos ataques de indios, en especial la del 18 de octubre de 1540, en la que el cacique Tuscaluza les hizo una sangrienta emboscada.

A pesar de ello, Soto continuó su exploración llegando el 8 de mayo de 1541 al Mississippi, donde los indígenas los recibieron de buena gana. Continuó el viaje a lo largo del río hasta llegar al río Arkansas, y finalmente, en la provincia de Guachoya, encontró un lugar donde establecer una fundación. Los nativos ofrecían ayudas y alianzas, lo que lo convertía en un lugar plácido. En abril de 1542 enfermó de malaria y el 21 de mayo de 1542, moría al no poder superar la enfermedad.

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