Tal día como hoy, el 25 de septiembre de 1513, tuvo lugar uno de los mayores descubrimientos. Como dice Miquel Silvestre en "Nómada en Sudamérica", fue "el primero que vio en 1513 el Mar del Sur, el océano Pacífico, demostrando así que América era un nuevo continente, que la Tierra era redonda ¡y que se podía dibujar un nuevo mapamundi!". Este descubrimiento lo hizo un español. Hablamos de Vasco Núñez de Balboa.
Nacido en Jerez de los Caballeros (Badajoz) hacia 1475. Hijo de Nuño Arias de Balboa. El nombre de su madre no ha trascendido, si bien era de Badajoz. Como muchos hijos de nobles y caballeros de la época, empezó sirviendo como paje a cambio de estudios, educación y uso de armas. Él lo hizo en la casa de Pedro Puertocarrero, señor de Moguer, quienes se embarcaron en la aventura colombina, siendo Vasco testigo de los primeros viajes al Nuevo Mundo.
A finales del siglo XV se trasladó a Sevilla. Era un hombre alto y fuerte, además de dispuesto al esfuerzo y el trabajo, según se le describe. Se enroló como escudero en la expedición de Rodrigo de Bastidas y Juan de la Cosa, formada por una nao, una carabela y un bergantín. Zarparon desde Cádiz en marzo de 1501 hasta llegar a Coquibacoa, desde donde navegaron durante cinco meses hacia occidente descubriendo la costa atlántica de la actual Colombia y posteriormente la costa panameña. La aventura se detuvo a causa del mal estado de las naves, naufragando en febrero de 1502 cerca del actual Puerto Príncipe, en La Española. Desde allí tuvieron que ir a pie trescientos kilómetros hasta Santo Domingo.
Bastidas volvió a España y Balboa se quedó en la isla. Recibió de Nicolás de Ovando tierras en Salvatierra de la Sabana, por lo que se desprende que participó en las campañas de éste. Esto le permitió fundar un negocio de cría de cerdos que le llevó a la ruina. Presionado por sus deudas, intentó huir de la isla, pero sus acreedores se lo impidieron en un primer intento. Sin embargo, el 13 de septiembre de 1510 consiguió ocultarse, junto a su perro "Leoncico" como polizón en una de las naves de la expedición de Martín Fernández de Enciso, quien iba a enviar refuerzos a la expedición de Alonso de Ojeda que zarpó en noviembre de 1509.
Fue descubierto en alta mar y en un primer momento estuvo a punto de ser abandonado en una isla desierta, pues Enciso era uno de sus acreedores, sin embargo las súplicas suyas y de la tripulación lo convencieron para dejarlo a bordo siendo consciente de que podría ser de utilidad. Continuaron el viaje en dirección a Urabá encontrando al resto de los tripulantes de Ojeda, comandados por un joven Francisco Pizarro. Al llegar a San Sebastián de Urabá, la nao naufragó.
A punto estuvieron de volver a Santo Domingo, pero la intervención de Balboa, quien navegó esas aguas ocho años antes con Bastidas, les hizo desistir, pues recordaba cerca de allí un golfo con un río, tierra fértil e indios que no disparaban flechas envenenadas. Dejaron 65 hombres en el fuerte y el resto puso rumbo hacia el golfo. Llegaron al lugar señalado donde no fueron bien recibidos por los nativos. Sin embargo lograron asentarse en noviembre de 1510. Unos meses mas tarde, Balboa fundaría en ese lugar Santa María de la Antigua del Darién, la primera ciudad española en la América continental.
La autoridad de Enciso se debilitó y Vasco Núñez fue nombrado uno de los alcaldes.
A principios de 1511 apareció Diego de Nicuesa, quien tras una fallida empresa de poblar tierras continentales, arribó al Darién para reclamar la ciudad, sin embargo, la oposición de Balboa le obligó a desistir y zarpar.
Los enfrentamientos con Enciso continuaron, reclamando éste último ante el virrey Diego de Colón, quien falló a favor de nuestro protagonista concediéndole el título de gobernador interino del Darién y por tanto, máxima autoridad.
Pactó con el cacique Careta, quien le proporcionaba alimento y oro a cambio de ayudarle en su guerra contra el cacique Ponca. Chima entregó varias mujeres a los españoles, entre ellas a Anayansi, quien se convirtió en la mujer de Balboa, y cuyo nombre usó Miquel Silvestre para la BMW roja con la que hizo la primera temporada de Diario de un Nómada. También nos cuenta en el libro que Anayansi era en realidad un mito creado en el s.XX.
Desde agosto de 1511, Balboa organizó la ciudad, cumplió con su promesa al cacique combatiendo a su rival. Sin embargo, Chima, bautizado como Fernando, le pidió que combatiera a otro rival, el cacique Comogre, sin embargo, éste recibió a Balboa con los brazos abiertos. Panquiaco, hijo mayor de Comogre, bautizado como Carlos, le habló de tierras ricas en oro cerca de un mar al sur. Ésta fue la primera vez que supo de su existencia. Aprovechó la noticia para enviar a Valdivia y pedir al virrey un refuerzo de mil hombres, armas y provisiones e iniciar una expedición en busca del Mar del Sur. Sin embargo, la nave naufragó y la petición nunca llegó a su destino.
El año 1512 lo dedicó a cerrar alianzas con los caciques del entorno y a explorar el golfo de Urabá. Llegó hasta la provincia de Ceracana, recorrió el río Atrato hasta llegar al río Sucio, al que llamó Negro. Estableció contacto con la tribu Albanumaque donde oyó hablar del mito del Dabaibe, que contaba que sus habitantes recogían pepitas de oro como naranjas. Aunque no pudo ir en busca de este lugar a causa de una sublevación indígena en Santa María del Darién en octubre de 1512. Ésta quedó en nada.
Sin embargo, la situación de Santa María la Antigua del Darién era muy precaria. No contaba con apoyo y subsistía por sus propios medios. Algunos colonos decidieron pedir ayuda por sus propios medios zarpando hacia La Española y posteriormente a España, a donde llegaron en 1513 criticando a Balboa.
En 1513 llegaron varias naves con cuatrocientos colonos y también noticias sobre las intenciones del rey de nombrar a un nuevo gobernador en sustitución de Vasco Núñez de Balboa. Fue entonces cuando decidió iniciar la exploración en busca del Mar del Sur.
Zarpó del puerto del Darién el 1 de septiembre de 1513 con 190 hombres hasta llegar a las tierras de Careta desde donde seguiría a pie atravesando el istmo desde la costa atlántica hasta la pacífica. La travesía le llevó 22 días. Aunque contaba con la ayuda de sus aliados indígenas que se sumaron a la expedición, fue un camino muy duro, donde muchos enfermaron. La fecha elegida no era la idónea, pues empezaba el invierno tropical, con muchas lluvias y un clima duro.
Dejó el grueso de la hueste en la retaguardia y partió junto a 92 soldados y dos sacerdotes, atravesando la selva tropical con mucha penuria a causa de lo abrupto del territorio. El 24 de septiembre llegaron a su destino, Quareca, a los pies de una colina, sabiendo que al otro lado se encontraba el anhelado Mar del Sur.
El día 25 de septiembre a las seis de la mañana, partió con un contingente de 75 soldados y el clérigo alcanzando casi la cima de la elevación tras cuatro horas de camino.
Balboa mandó detenerse a toda la hueste y continuó en solitario, pues quería ser el primero en avistar la extensión de agua que debía contemplar desde la cima.
El escribano de la expedición dejó para la historia las siguientes palabras: "Y en martes veinte y cinco de aquel año de mil e quinientos y trece, a las diez horas del día, yendo el capitán Vasco Núñez en la delantera de todos los que llevaba por un monte raso, vido desde encima de la cumbre de la Mar del Sur antes que ninguno de los cristianos compañeros que allí iban”.
A continuación se hizo una ceremonia para tomar posesión en nombre de la Corona, ordenando al escribano a levantar acta con el nombre de los 67 presentes en dicho acontecimiento. Los primeros tres eran el del gobernador, el clérigo Andrés de Vera y Francisco Pizarro, que seguía a su lado.
Lo curioso de aquel descubrimiento es que quedó registrado que aquel día era martes, sin embargo, el 25 de septiembre de 1513 fue domingo. Por ello, a pesar que históricamente quedó para la historia que el Océano Pacífico se descubrió el día 25, es muy posible que hubiese sido realmente el 27. Pero no seré yo quien se tome la licencia de cambiarlo.
Descendieron hasta llegar a la costa, el actual golfo San Miguel, y mandó llamar al resto del contingente.
Como nos explica el libro "Nómada en Sudamérica", el siglo XVI era el renacimiento, y aquellos exploradores no sólo buscaban riqueza, sino que para ellos era muy importante hacerse un nombre en la Historia. Buscaban trascender. Eso les obligaba a crear una puesta en escena para causar impacto y que el escribano tomara fiel nota de lo que acontecía. Esperó a que la marea fuera propicia y la estampa fuera perfecta. "Balboa penetró hasta las rodillas en las aguas, levantó la espada y un estandarte de la Virgen, y tomó solemne posesión en nombre del rey de España."
El descubrimiento del Pacífico también les aportó conocimientos sobre la existencia de perlas. Navegaron las aguas del Mar del Sur en canoas hacia el norte descubriendo un golfo al que llamaron golfo de San Lucas y bautizaron la isla de las perlas como Isla Rica.
Finalmente, el 23 de noviembre emprendieron el viaje de retorno, tomando un camino distinto para explorar nuevas tierras. Arribaron a Santa María el 19 de enero y la expedición se puede considerar un éxito en todos los aspectos. Se descubrió el Mar del Sur, se obtuvo más de dos mil pesos en oro y perlas y además no hubo que lamentar ninguna muerte.
A su retorno supo que había sido traicionado y que un tal Pedro Arias Dávila, de quien os hablamos anteriormente, había sido nombrado nuevo gobernador de Santa María del Darién, rebautizada como Castilla del Oro.
El 26 de junio de 1514, llegó la imponente expedición de Pedrarias, con dos mil colonos. El asentamiento no estaba preparado para tal cantidad de colonos y pronto se verían las consecuencias. La paz que se respiraba entre las tribus indígenas y los españoles pronto se rompió a causa de las incursiones ordenadas por Pedrarias.
El 20 de marzo de 1515 llegó a Santa María el nombramiento de Balboa como adelantado de la Mar del Sur, pues Balboa se había apresurado en informar al rey sobre su descubrimiento antes de la llegada del nuevo gobernador.
Pedrarias era una persona extremadamente avariciosa y no deseaba éxito alguno para los demás. Boicoteó cualquier intento de Balboa de reclutar a hombres para una expedición. Tuvo que buscarlos en La Española, pero al enterarse el gobernador, lo acusó de conspiración y lo encarceló. Tras dos meses, le obligó a casarse con su hija, causando malestar en Anayansi (suponiendo que no es un mito).
Bajo las órdenes de Pedrarias fundó Acla, en la costa del Atlántico, donde asentó la Compañía de la Mar del Sur, llevando a cabo un hito. Se fabricaron las piezas de varios bergantines que fueron trasladaos a través del istmo hasta la costa del Pacífico, ensamblando allí las piezas. En toda esta tarea, se encontraba con un contrincante que le complicaba la tarea. Era ni más ni menos que su suegro.
Llegaron noticias de que Pedrarias había sido sustituido por un nuevo gobernador llamado Lope de Sosa. Este hecho le hizo pensar a Balboa que le impediría llevar a cabo las exploraciones previstas en la Mar del Sur, en especial hacia una tierra al sur que se decía que eran muy ricas. Se trataba del Perú. Balboa envió a gente de su confianza a Santa María y a Acla, sin embargo fueron detenidos y contaron las intenciones de Vasco Núñez de Balboa sobre la expedición hacia el sur.
Pedrarias envió una invitación para tratar los planes de la expedición, la cual inocentemente nuestro protagonista aceptó. Sin embargo, se trataba de una encerrona. Fue acusado de traición y de nuevo encarcelado en Acla. Pedrarias inventó numerosas acusaciones, desde maltrato a los indios, cuando en realidad era todo lo contrario, hasta haber urdido un plan para proclamarse gobernador independiente en la Mar del Sur. No se aceptó apelación alguna y se le condenó a muerte. Balboa, junto a sus fieles Fernando de Arguello, Luis Botello, Hernández Muñoz y Andrés Valderrábano, fueron decapitados en un día incierto, entre el 13 y el 21 de enero de 1519.