Tal día como hoy, el 3 de junio de 1626, fallecía en Guadalcanal (Sevilla), como dice Miquel Silvestre, "el último conquistador", Juan de Oñate.
Nació en 1550 en Zacatecas (México), hijo de Cristóbal de Oñate y de Catalina de Salazar. Su padre, proveniente de una familia noble alavesa, fue conquistador y gobernador de Nueva Galicia.
Desde joven, con apenas catorce años, ya combatía a los chichimecas, indígenas nómadas que arrasaban por donde pasaban en el actual norte de México. Además iniciar la carrera militar era amante de las minas, pasión que heredaría de su padre. Descubrió los yacimientos de plata de Zachú, Charcas y San Luis de Potosí, logrando una considerable fortuna desde muy joven.
Se casó con Isabel Tolosa Cortés, hoja del cofundador de Zacatecas, Juanes de Tolosa, y de Leonor Cortés de Moctezuma, nieta de Hernán Cortés y del último emperador mexica.
Desde que Vázquez de Coronado explorara las tierras del norte en 1540-1542, expedición que se consideró un fracaso, la Corona no había mostrado gran interés de conquista. Sin embargo, al finalizar la guerra contra los chichimecas, facilitó que se retomara el interés en 1583, cuando el virrey obtuvo mediante Real Cédula la autorización parta una expedición. Sin embargo no sería hasta el 21 de septiembre de 1595 cuando se concediera a Juan de Oñate el permiso para conquistar el norte y el título de adelantado, gobernador y capitán general de las nuevas conquistas. También corrió con los gastos de la expedición.
A principios de 1598 partía la expedición desde minas de Santa Bárbara con numerosas familias provenientes de Zacatecas que confiaban en el proyecto. La hueste estaba compuesta por 129 soldados, 400 indígenas, 10 franciscanos, ochenta y tres carretas para transportar alimentos, mujeres y niños y siete mil cabezas de ganado. Era una caravana de diez kilómetros de longitud.
El camino que tomó no fue el habitual a lo largo del río Conchos, sino abrió una nueva ruta pasando por los futuros asientos de Chihuahua y El Paso del Norte, creando el llamado Camino Real. El 27 de abril , después de atravesar el desierto, llegaron a río Grande y el día 30, en la orilla norte, cerca del actual San Elizario (Texas), tomó formalmente posesión de las tierras.
Días más tarde se les unió a la expedición dos mexicas cristianizados que habían llegado a esas tierras en una expedición anterior de Gaspar Castaño de Souza, que no contaba con las autorizaciones reales de exploración.
Estos dos nuevos miembros serían de gran ayuda como intérpretes para llegar a una alianza con los indígenas y poder acordar un lugar donde establecerse. La caballerosidad de estas tribus y el patrón de Oñate definieron el nombre de la capital del territorio, San Juan de los Caballeros, ubicada en la confluencia de los ríos Grande y Chama.
Una vez fundado el asentamiento, sirvió para expediciones del entorno para localizar las minas de plata que había encontrado Antonio Espejo en su expedición de 1582 a 1583.
Se hicieron también incursiones hacia el oeste en busca de mítico estrecho de Anián, el que supuestamente uniría el Atlántico con el Mar del Sur (Pacífico). Esta expedición, liderada por Juan de Zaldivar, primo de Oñate, llegó hasta Acoma, donde fueron recibidos de forma belicosa por los indios. Éstos mataron a Zaldívar y a catorce de sus hombres.
El 12 de enero de 1599 partiría Vicente de Zaldívar, hermano del anterior, con una tropa hacia el territorio de los acoma. Al no poder lograr un acuerdo de paz, se inició una batalla que duró dos días, sometiendo la tribu belicosa.
En junio de 1601, Juan de Oñate realizó nuevas exploraciones por la actual Oklahoma, Kansas y la mítica Quivira, una de las siete ciudades de oro, y que Francisco Vázquez de Coronado también buscó en 1540.
Mientras tanto, la dureza del clima y aridez del terreno, desalentó a muchos colonos que empezaron a desertar.
El 7 de octubre de 1604 inicia una expedición hacia el oeste en busca de nuevas tierras siguiendo el curso del río Colorado. Llegó hasta el golfo de California en busca de las naves de Sebastián Vizcaíno sin encontrarlas.
A su vuelta se encontró que la existencia del asentamiento estaba en peligro. Eran necesarios nuevos recursos. Solicitó ayuda en dos ocasiones, pero fueron rechazadas. Las tierras eran secas y áridas y no aportaban riqueza a la Corona.
Cito a Miquel Silvestre, que nos cuenta que "fue acusado de crímenes contra los indios". El 24 de agosto de 1607 fue destituido y en 1608 "juzgado, condenado y expulsado de la Nueva España. Posteriormente se le absolvió en un proceso de revisión pero lo cierto es que terminó sus días en España en un cargo menor como inspector de minas, un cargo de muy poco fuste, sin pena ni gloria para quien había sido el último conquistador."
En 1625 ingresó en la Orden Militar de Santiago. El 3 de junio de 1626 moriría en Guadalcanal, en la Sierra Morena, al norte de Sevilla.
Su legado fue expandir el Imperio Español en América, al norte del paralelo 35.
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